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Por mucho que haya tenido problemas bizantinos con el sistema de locomoción colectiva, en cuanto a vehículos de su propiedad el patrimonio municipal de Maipú no tenía mucho de qué quejarse. Por lo menos hasta el año 1968, con don Luis Ferrada Urzúa a la cabeza de la alcaldía, el inventario de automóviles registrado por la Honorable Corporación marchaba, literalmente, sobre ruedas. Tanto en cantidad como en calidad y variedad, el ayuntamiento se había preocupado en abastecerse de una dotación de máquinas motorizadas destinadas a los distintos ámbitos del quehacer comunal. Aunque anecdótico a primera vista, un rápido catastro de estas unidades evidencia la amplia gama de labores que el municipio debía enfrentar; desde el transporte público hasta el traslado de enfermos, muchos eran los deberes contraídos por la Corporación hacia los vecinos de Maipú. Su rol no se limitaba a un mero administrador de recursos sino que también actuaba como facilitador y prestador de servicios.

Como acotábamos, el gobierno comunal contaba con 153 vehículos de diversa índole. Desde luego los microbuses municipales, encargados de hacer funcionar el sistema de locomoción pública, acaparaban un número importante del desglose, con un total de 30 máquinas, las que desde luego, eran reemplazadas cada cierto tiempo. Superándolas en cantidad estaban los tractores, pues, dada su funcionalidad, se prestaban para múltiples trabajos: movimiento de tierra, agricultura y fundamentalmente mantención de espacios verdes. Casi a la par de los tractores se encontraban los colosos; 48 motorizados poseía el municipio, ideales para el traslado a gran escala de materiales y objetos varios. Y por si esto no era suficiente para alguna tarea, existían a disposición de los respectivos funcionarios 16 camiones todoterreno, además de siete camionetas.

Para acometer las obras tanto de alcantarillado como de arreglo de calles, se encontraban disponibles dos máquinas retroexcavadoras, cuatro motobombas y una motoniveladora. En otro ámbito, cinco ambulancias se distribuían para el traslado de enfermos y similares episodios de emergencia.

Estas 153 máquinas eran permanentemente revisadas por el Garaje Municipal, dependencia que trabajaba de lunes a domingo de ocho de la mañana a nueve de la noche, quedando personal de turno toda la madrugada. El encargado de dirigir esta sección, nepotismo aparte, era el señor Sergio Ferrada Portales.

Artículo forma de la serie «Crónicas Municipales,123 años del Municipio de Maipú». Proyecto auspiciado por el Fondo de Medios 2014 de la Secretaría General de Gobierno

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