Este 11 de Julio el Pueblo Soberano Marchará por la Asamblea Constituyente en plena Plaza Italia a las 18:30 horas. Maipú, una de las 346 comunas de Chile, también se hará presente en dicha convocatoria, principalmente por el apoyo de los escolares.
“El principal objetivo de este llamado comunal y nacional es por la dignidad nacional que exigimos por la Asamblea Constituyente, vinculante, con delegados electos por todas y todos los ciudadanos, sin excepciones, quienes somos titulares del poder Constituyente Originario, Único Depositario de la Soberanía Nacional.” Menciona la coordinación (1).
Entendiéndose que los poderes fácticos nacionales y transnacionales rechazan la Asamblea Constituyente, debido a que la única instancia legítima en que todas las organizaciones civiles de Chile pueden intervenir efectivamente y resolutivamente en las decisiones públicas, con el fin de democratizar –como corresponde- el Estado, despojando a las estructuras dominantes, como los empresarios corruptos, privilegios heredados por la horrorosa Dictadura Militar –como lo es la desigualdad económica, mediante las A.F.P- y las acciones políticas de la lastimera y llorosa transición de la democracia –que se dice que finalizó con el caso Cheyre- que destruyen el alma de los trabajadores de Chile.
“El trabajador chileno es explotado de dos maneras: en su trabajo, por el que le pagan un salario de hambre, y una vez que le pagan, lo explotan a través del mercado vendiéndole a crédito, y más encima cobrándole la educación y la salud”(2).
Las palabras de don Gabriel Salazar –contemporáneo historiador chileno- se entre leen como una necesidad urgente de cambio, en donde no exista documento magno que sustente las líneas teóricas para que la clase “vomitadora” dominante ejecuten estos actos de echarse al bolsillo los recursos del país. Quizás, las manifestaciones en la alameda al parecer hoy no sirven de mucho -están “chacreadas”-, ya que toda petición de Derecho en los últimos 20 años la estrategia ha sido la misma.
La propuesta es cambiar, el pueblo se debe educar en materia de Asamblea Constituyente, y crear popularmente la primera constitución por los ciudadanos de Chile, no por una democracia representativa, no por una comisión de expertos, sino por la participación directa de los chilenos, es decir, un plebiscito nacional que resguarde la confianza entre vecinos, entre comunas, entre regiones, entre todos. De este modo, Chile aprenderá a dialogar y de ser un transitivo ingenuo a un ser transitivo crítico de su entorno (3).
Maipú asiste a la Marcha este 11 de julio a las 18:30 horas.
Por Francisco Díaz Céspedes, es profesor y Magister en Educación (c) USACH