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SOBRE EL NOMBRAMIENTO DEL CARDENAL EZZATI POR EL PAPA FRANCISCO

A propósito  de la cita Papal  de la Conferencia Episcopal  de Chile que hoy termina en Roma republicamos el artículo del profesor de Historia y consultor Nelson Gallardo Ferrada editado en www.radioeme.cl en octubre de 2014 ,columnista de este medio  y que advierte y pronostica con gran visión el perfil del Cardenal, que ahora está en la polémica nacional y ad porta de decisiones trascendentes por parte del Papa Francisco

 

EL CARDENAL EZZATI

 

Este Domingo ( año 2014)  nos despertamos los chilenos con la lamentable noticia que el Papa Francisco, había nombrado Cardenal al actual Arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati. Hace más de 3 años, escribí en la web, una crónica que a continuación comparto y que hacía referencia a la figura de Ezzati, frente a un posible nombramiento de este como cardenal, el papa Ratzinger lo dejó pasar, pero el progresista papa Francisco, creo que el día de hoy ha cometido su primer error con este nombramiento, Ezzati no era el hombre.-

Tuve la oportunidad de conocerlo años atrás en su condición ya de obispo y ligado a temas administrativos de un corporación privada de la Iglesia Católica de Santiago.

 

Este sacerdote Salesiano, que llegó a chile desde Italia hace cincuenta años, que en la actualidad se acerca a los 69 años, es no solo el mediador de la causa mapuche en el conflicto Sureño de los huelguista y de los diálogos del Ñielol, rememorando los antiguos “parlamentos” de Indios, que el Gobierno de Sebastián Piñera, en ese afán de permanente retórica histórica, de buscar en ella ejemplos, frases célebres, costumbre y tradiciones, que no han sido menos celebrada por la población, ávida de patriotismo en este bicentenario adelantado, que se sigue celebrando en este Chile tan sui generis; sino también monseñor Ezzati, es el más serio postulante en la sucesión cardenalicia, que dejará vacante prontamente el actual prelado Francisco Javier Errázuriz Ossa.

 

UN FIGURA ANODINA COMO LA DE RICARDO EZZATI

 

Volviendo al tema de Ezzati y su labor como mediador, conociendo su trayectoria y su forma de ser, representa en el sentido más ortodoxo, la forma de ser de la diplomacia Vaticana decimonónica. Ni el Papa Pio Nono, que fue nuncio en Chile antes de ser elegido papa, ni monseñor Angelo Sodano, lugarteniente del Papa Juan Pablo II por muchos años y también nuncio apostólico en nuestro país, representan una figura tan anodina como la de Ricardo Ezzati.

Los antes mencionados, dejaron su impronta en su actuar en Chile y después en el Vaticano, particularmente Sodano, a quien le tocó vivir en Chile en los difíciles momento de la Dictadura Militar y quien supo manifestar una posición clara frente al difícil tema de los Derechos Humanos en Chile y luego en su accionar como Canciller Papal, que permitió a la Iglesia Chilena, convertirse en el principal bastión contra los atropellos del Gobierno Militar, no solo a través de la figura de la Vicaría de la Solidaridad, sino a través de preclaros obispos, verdaderos defensores sociales, que de no mediar esa cercanía de Sodano, jamás hubieran llegado a esas posiciones si del gobierno militar hubiera dependido.

 

NUNCA QUEDA MAL CON NADIE

 

Muy por el contrario, Ezzati es un hombre que no muestra nunca una posición clara frente a nada donde se interpele o exija una definición. Siempre actúa al amparo de las circunstancias, entrega la responsabilidad a otros y nunca se la juega por una opinión personal. En el caso particular de los Mapuches, Ezzati no ha sabido ser un mediador, solo ha sido un comunicador entre un grupo y otro, es más, en momentos que exigen una definición clara del gobierno,, Ezzati tibiamente a dicho con esa vocecilla de baja frecuencia y con ese acento Italiano que se niega omitir, que es el gobierno quien tiene “ahora” la palabra; pero por que no decirlo claramente ¿Qué espera él o la Iglesia como mediadora del Gobierno?

 

Definitivamente no es claro. Se escuda en que él está allí como defensor de la vida y de las ideas de nadie en particular. Hay una negación permanente a mojarse con una opinión, que porque no decirlo, es lo que esperamos todos los chilenos de una Iglesia siempre comprometida y jugada por las causas sociales. Es lo mismo que ocurre con el saliente Cardenal. Nunca queda mal con nadie.

Ezati es como salido de aquella Iglesia propia del Tratado de Letrán del año 1929 y del conciliábulo diplomático del Papa Pio XI y del Dictador Benito Mussolini. En aquella época el papado vendió parte de su alma a cambio de Autonomía, protección y dinero. A partir de Letrán le costaría mucho a la Iglesia volver a ser la impulsora de las reivindicaciones sociales, que León XIII, inteligente papa, había sido capaz de entregar al mundo a través de sus encíclicas sociales. Ezzati es de esa escuela, de la diplomacia papal, de la no opinión y de la mediación sin resultado.

 

No hay en mis palabras una opinión a la calidad sacerdotal de monseñor Ezzati, no tengo ningún antecedente en su contra, que me haga pensar que no es un santo y dedicado sacerdote, a diferencia de las opiniones de muchos otros religiosos salesianos, que han dejado mucho que desear por su actuar; recordemos que la orden salesiana ha dejado de lado su labor educacional que por tantos años aportó a Chile, sin mencionar la figura de ese tremendo hombre y Sacerdote que fue Monseñor Silva Henriquez, también Salesiano, pero hombre perteneciente al otro polo donde se ubica hoy Ricardo Ezzati.

 

¿QUÉ TIPO DE LÍDER NECESITA NUESTRA IGLESIA?

 

Chile se ha caracterizado por la impronta que la Iglesia Católica ha dejado en toda su Historia y más aún, por el actuar de algunos santos sacerdotes, que se la han jugado por la opción de los más necesitados, los más pobres, los perseguidos políticos, los enjuiciados y presos, entonces la pregunta es ¿Qué tipo de líder necesita nuestra Iglesia Católica tan menoscabada en el último tiempo? A mi modo de entender, no es Ricardo Ezzati la respuesta a esa pregunta, no estoy plenamente cierto de cual será la respuesta del papa Benedicto, frente al dilema de a quien entronizar en el sillón cardenalicio de Santiago, lo que si estoy cierto, es que la figura que lo ocupe, deberá tener la suficiente capacidad de tomar un liderazgo perdido hace muchos años atrás, luego de la salida de Silva Henriquez del Cardenalato Chileno.

 

La Iglesia católica, al igual que los partidos políticos tienen rencillas y purgas permanentes, que dejan heridos, muchos de los cuales deben abandonar el campo de batalla y partir al ostracismo, a veces auto impuesto; no es menor la cantidad de jesuitas que han partido a otros continentes en la búsqueda de nuevas oportunidades de evangelización, según las fuentes, pero acaso ¿Chile no cuenta con un déficit enorme de vocaciones sacerdotales?, entonces surge la duda, ¿será que muchos sacerdotes, otroras figuras de opinión han debido salir inopinadamente de la escena pública, a veces sin los fundamentos claros de tal decisión debido a estas purgas y antipatías mutuas?. Bueno, la duda es lo que nos hace pensar más allá, ¿no será acaso tiempo que los viejos estandartes vuelvan a sus cuarteles y den paso a la renovación clerical? Lamentablemente los católicos no votamos en estas elecciones, seguimos bajo la dictadura de nuestras fe, pero no de nuestras conciencias.

 

Sobre el Autor: Nelson Gallardo Ferrada

consultor de Empresas/Educación/Capacitación Laboral Licenciado en Educación, Profesor de Historia y Economía/Formación en Educación profesional y Capacitación laboral. Profesor Universitario.

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