El pasado 12 de Agosto, “una centena de millones de pesos robaron delincuentes desde el Templo Votivo de Maipú. Todo esto en diversos objetos que poseen especial valor en el mundo católico. Los hampones se llevaron 3 cálices y 4 custodios que se encontraban en una vitrina.
Los artículos datan del siglo XIX y provienen del viejo continente.”
La delincuencia es un patrón constante de la sociedad, ya que principalmente coexisten variados actores sociales, entre ellos: la adquisición de la riqueza; ésta entendida como una materialidad verosímil, permite el intercambio de recursos frente a ciertos fines de interés. En cierto modo, el delincuente es considerado como un antisocial, por quienes no son parte de esta actividad, y expresado bajo todas las formas de civilización como un ente que destruye la confianza interpersonal, y no coopera con el impuesto al trabajo, al ahorro, al emprendimiento y a la recreación. En cambio, el hombre bueno, el hombre trabajador, cree en el fortalecimiento de su economía y la de su entorno.
Pero, no estamos hablando de un delito simple, sino de una fechoría que oscurece nuestro convenir tradicional y costumbrista. El robo de baluartes concernía al Museo del Carmen, ubicado al costado del Templo Votivo de Maipú (Av. Camino de Rinconada). Este hito, supera en gran medida todas las condiciones pre-juiciosas, sobrellevando el valor del signo peso, por el valor de conservación del patrimonio.
Es de interpretarse que los antisociales si tenían un conocimiento de los objetos, y cabe destacar, que tal vez si existe un mercado negro, porque si se explicaría una comercialización de antigüedades, tanto para los coleccionistas o los vírgenes devotos que disuelven las especies para obtener pequeños diamantes, pepitas de oro…, que están ajenos a la luz pública, y en menor medida, tal vez no son ciudadanos de nuestra excelsa comuna patrimonial.
Fue el robo de la historia para las personas de Maipú, todos estamos afectados de una u otra forma, porque aquellas entidades arman, conservan y ratifican la estructura del pretérito del llano. Es por este motivo, que es necesario enseñar a pequeños y a jóvenes, de lo que significa el patrimonio cultural, y que éste es el hilo conductor de nuestra identidad.
Edouard Planche, especialista francés del programa de lucha contra el tráfico ilícito y restitución de bienes culturales de la Unesco, explica lo siguiente: «El problema es que no hay tantas estadísticas ni información de los robos… y al no estar catalogados todos los bienes del país y, al no estar trabajando junto a las divisiones de los otros países, hay objetos que sencillamente desaparecen.» (XIV Seminario sobre Patrimonio Cultural organizado por la Dibam: «Patrimonio en peligro: Acciones para su protección», 2012). En síntesis para el galo, es una urgencia rápida de voluntad política en la región; y que ésta oriente la seguridad de los cuadros sistemáticos: educacionales y culturales.
Los habitantes de Maipú se levantarán a medida que el tiempo transcurra, y lograrán evidenciar el desarrollo sensible efusivo de quienes cuidan, protegen, restauran y conservan el transitado generacional. Es decir, los que sembraron en tierras cultivadas, también cosecharon un respeto gratificado.
Sobre el autor
Francisco Díaz Céspedes
Actualmente Cursando Magíster en Filosofía de las Ciencias. Universidad de Santiago de Chile.
Magíster en Ciencia Política. Universidad Tecnológica Metropolitana.
Profesor de educación General Básica Con Mención en Educación Tecnológica y Lenguaje y Comunicación.
Licenciado en Educación. Universidad Tecnológica Metropolitana.