Desde la fallida jornada de juegos pirotécnicos (año 2001), bajo la alcaldía de Roberto Sepúlveda, el Templo Votivo de Maipú tuvo una irrefutable retirada como escenario de encuentros “populares”. No obstante, tras 16 años, la Ilustre Municipalidad de Maipú vuelve a retomar dicho espacio para realizar ciertas actividades más que efusivas.
Recordemos que el Templo Votivo de Maipú o Basílica de Nuestra Señora del Carmen: es un hito representativo de la Consolidación de la Independencia de Chile frente a la dominación del poder monárquico español. La construcción fue ordenada por el Capitán General y Director Supremo Bernardo O´Higgins Riquelme (7 de mayo de 1818), con la intención de agradecer a la Virgen del Carmen la victoria del Ejército Libertador de Los Andes en los llanos de Maipú. Amén.
Posteriormente, el 16 de julio de 1948, el Arzobispo de Santiago y después Cardenal, Monseñor José María Caro inició la construcción del nuevo santuario. El diseño ganador del concurso, fue el chileno Juan Martínez Gutiérrez. La obra demoró debido a la falta de recursos, pero finalmente el 24 de octubre de 1974, gracias a la Fundación Voto Nacional O’Higgins (de la cual depende el Santuario en la actualidad), se inauguró solemnemente el Templo Votivo de Maipú en la calle Carmen.
Así desde 1818, en las dependencias de la Basílica de Nuestra Señora del Carmen, las ceremonias y encuentros católicos que se han realizado, cumplen un rol único, tanto en historia y patrimonio: efemérides y visitas del mundo católico (Papa Juan Pablo II, 1987 y Papa Francisco I, 2018). Desde este punto de vista, la comuna de Maipú constituye una pieza fundamental para el relato epistemológico del país, y no puede ser que nuevamente reaparezca la figura del “clientelismo político” materializado en el gozo del capital social de los maipucinos y la silueta política organizadora de estos eventos. A la fecha, dicha institución solemne ha sido parte de:
– 22 de diciembre de 2017: ¡Te invitamos a vivir la magia de la Navidad en este Maipú que Renace para ti y tu familia!: En que la entrada de la Institución, en la Estatua del Abrazo O´Higgins y San Martín había un parque de diversiones ruidosos, tal cual como “Fantasilandia”. Si bien es cierto recuperamos, paupérrimamente: la presentación de bailes y villancicos navideños, y algo de “31 minutos” que aplauden y siguen al Viejito Pascuero como protagonista de la amistad y su influencia de no al consumismo. ¿Dónde está la explicación del nacimiento de Cristo? ¿Por qué navidad?…
Ahora es el “Espectacular FESTIVAL RAÍCES este 2 y 3 de febrero de 2018”, ya que según los organizadores este es un “festival que abrirá sus puertas a grandes artistas maipucinos del ámbito folclórico, que desplegarán todo su talento en este certamen musical.”
¿Si es un certamen musical, qué relación tienen los grupos invitados: Sinergia, Garras de Amor, y el humor elocuente de “Che Copete”?
Y nos volemos a preguntar:
¿Qué relación tendrá este evento con la historia espiritual del Templo Votivo de Maipú?
¿Qué diría O´Higgins de “Che copete “?
¿Qué aprensión tendría San Martín de Sinergia o Garras de Amor?
En síntesis, las autoridades locales al parecer no tienen una mirada consecuente de la historia y del espacio que ocupa el Templo Votivo Maipú, y de lo que significa para aquellas personas que han habitado en nuestra comuna desde su fundación el 22 de diciembre de 1891 (126 años), y que fueron y son ciudadanos solemnes y respetuosos de los hábitos católicos, protestantes y laicos, y que a su vez, nos han legado este respeto por la institución histórica y espiritual a la generaciones venideras.
Por favor, ocupemos para estos eventos la explanada de la Plaza Mayor (y si está en reparaciones las avenidas), utilicemos el espacio de Av. Tres Poniente con Av. Grecia, y si falta aún, usemos el Estadio Santiago Bueras.
Sinceramente que falta de respeto por los organizadores de la Ilustre Municipalidad de Maipú al utilizar las dependencias de la Basílica Nuestra Señora del Carmen, espero que los artistas tanto folclóricos como faranduleros den una señal de homenaje a los que dieron el voto de victoria.
Por Francisco Díaz Céspedes Profesor y Escritor