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“La Universidad Laboral que soñaba Frei Montalva” (*)
By Nelson Gallardo Ferrada

El Instituto Nacional de Capacitación Profesional, es hoy una institución privada (Corporación sin fines de lucro), administrada por la organización empresarial más grande del país.
El Instituto Nacional de Capacitación Profesional INACAP nace el 21 de octubre de 1966. Tal cual lo señala la página Web de Inacap: “..Para conocer la historia de INACAP debemos retomarnos a la década de los sesenta y al Departamento de Formación Profesional de Sercotec filial de la Corfo, que en esa época desarrollaba programas para fomentar las áreas productivas del país, impartiendo programas de capacitación en confección, construcción, textil, transporte, metalurgia, comercio exterior, minería y alimentos, entre otros.

Esta entidad adquirió tal importancia para el desarrollo productivo nacional y para la movilidad social, que Corfo, en conjunto con un grupo de empresarios reunidos en el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas Icare, decidieron darle autonomía y crear una nueva entidad que tuviese por misión fundacional la de formar y capacitar a los trabajadores chilenos..”

Durante la década del 50, en la cual surge desde Corfo el Servicio de Cooperación Técnica más conocido como SERCOTEC, muchas iniciativas financiadas por gobiernos extranjeros se tradujeron en la formación de Centros de Capacitación, principalmente para obreros no calificados: Muchos vecinos de la comuna con baja cualificación y niveles de escolaridad, tuvieron acceso a formarse como soldadores, gasfíter, electricistas, dibujantes técnicos matriceros, mecánicos, etc., en el Centro Chileno-Danés que existió por décadas en la calle Carmen frente al Templo Votivo, el cual durante la dictadura militar, se transformó en parte del “nuevo Inacap”, ahora completamente de los empresarios.

Continúa el relato de la web de Inacap: “..En 1966 se construye el Instituto Nacional de Capacitación Profesional INACAP, corporación de derecho privado, sin fines de lucro, como una respuesta a la necesidad urgente de contar con una fuerza laboral calificada para llevar adelante los planes de desarrollo país.

Esta misión fue asumida por el Primer Consejo Directivo de INACAP, encabezado por el empresario Fernando Léniz Cerda e integrado por destacados personeros de Corfo, de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), del Ministerio de Educación y el ámbito educacional y laboral del país.
Así nació INACAP. En la inauguración de su primera Sede, el entonces Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, resumió en un solo concepto la misión de esta nueva entidad: “Convertirse en una verdadera «Universidad Laboral.»
En esos años, el país estaba inserto en una economía mixta con fuerte énfasis en la producción industrial sustituidora de importaciones. Este sistema requería de planes de desarrollo para proveer de conocimientos especializados y de una mano de obra preparada para tomar responsabilidades técnicas cada vez más exigentes.

Para lograr sus objetivos educacionales, INACAP suscribió convenios internacionales, lo que permitió acceder a donaciones y préstamos de países como Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Inglaterra y Suiza.

En su primera década de existencia, INACAP contó con 15 centros educativos ubicados entre las regiones de Coquimbo y Biobío. Además obtuvo el reconocimiento del empresariado, manifestado en la consecución del premio Icare 1974 por la aplicación y difusión de sistemas modernos de administración de empresas. Algunos de los centros educacionales fueron inaugurados nada menos que por el Rey Balduino de Bélgica, la Princesa Margarita de Dinamarca ( la cual asistió personalmente a la inauguración del Centro de Maipú) y la Reina Isabel de Inglaterra.
Durante esa primera época, INACAP se reestructuró para lograr mayor eficiencia y diversificar su oferta de servicios educacionales, con la idea central de lograr su autofinanciamiento.

«INACAP fue la primera institución que se registró como Organismo Técnico de Capacitación (OTEC), convirtiéndose con el tiempo en la más importante entidad capacitadora del país.»

En 1977 se dictó la Ley del Sence, que permite a las empresas hacer uso de un beneficio tributario para capacitar a su personal. En este marco, INACAP se registró como Organismo Técnico de Capacitación (OTEC).

«Durante la segunda mitad de la década de 1980, la orientación hacia un rol más subsidiario del Estado determinó el involucramiento progresivo de INACAP.»
A mediados de los 90, INACAP creó la Beca Empresarios de Chile permitiendo a alumnos de los quintiles de más bajos ingresos acceder a la Educación Superior, lo que se acompañó de un ambicioso plan de renovación de infraestructura.
En 1995 el Instituto Profesional INACAP es declarado autónomo y en 1997 obtiene su autonomía en el Centro de Formación Técnica INACAP.
En 2001, INACAP se convirtió en la primera entidad de educación del país en obtener la certificación ISO 9000-2000 como Organismo Técnico de Capacitación..” Fin de la historia oficial.

No obstante lo interesante del relato, existen alguna obviedades que no es posible dejar pasar por alto como ¿en qué momento esta Institución de todos los chilenos, dejó de ser parte del patrimonio del Estado para convertirse en una corporación de derecho privado, que usufructúa mediante un comodato de 100 años de bienes de propiedad del Estado de Chile, es decir, de todos nosotros y bajo el gobierno de Corporación de la Producción y el Comercio, hoy asociación gremial, acérrima opositora al gobierno de turno.
En la década del 90 trabajé en Inacap no solo en Maipú, sino en proyectos Institucionales con gobiernos extranjeros, que mantienen una cooperación permanente con el estado de Chile. Curiosamente, durante el gobierno de Frei Ruiz Tagle, la GTZ, agencia de Cooperación Alemana, otorgó al estado de Chile un aporte por 2 millones marcos Alemanes, destinados a implementar en el país un programa de Formación Dual llamado programa de Formador de Formadores. Curiosamente este proyecto cayó en manos de Inacap para su implementación, en vez de entregar el gobierno de Frei Ruiz Tagle el proyecto a una Universidad estatal, el presidente se decidió por los empresarios y la donación al estado de Chile llegó a manos privadas.

Como Jefe de la etapa de implementación de dicho proyecto, me tocó trabajar por 4 meses con los expertos Alemanes que vinieron a Chile a implementar dicho programa, que llevaba un atraso de casi medio año.
Inacap fue un regalo de Pinochet a los empresarios, no se puede definir de otra manera- no obstante es legítimo señalar que la labor desempeñada por estos en el desarrollo y crecimiento de ésta institución ha sido virtuosa: Inacap se ha convertido en la única Institución de educación superior con cobertura a nivel nacional: Tiene sedes desde Arica a Punta Arenas y cuenta con una infraestructra de primer nivel de implementación en cada capital regional o ciudad importante del país. Mucha de esta grandeza se debe a la ley de donaciones, que ha permitido que grandes empresarios, como el dueño de Cencosud y se hermano recientemente fallecido, hayan aportando ingentes sumas para la construcción de Centros tan relevantes como la Escuela de Gastronomía de Inacap (hay una placa recordatoria en ese lugar, para aquellos mecenas).

LA REFORMA A LA EDUCACION SUPERIOR Y LA NUEVA UNIVERSIDAD ESTATAL.
Dentro de las pocas cosas claras que se manifiestan en esta reforma, está la creación de 2 CFT y una Universidad Estatal en algunas regiones del país. Frente a esta necesidad surge de inmediato la imagen primigenia del antiguo INSTITUTO NACIONAL DE CAPACITACION PROFESIONAL o la “Universidad Laboral del Presidente Frei Montalva”, sueño incumplido, que a la luz de las oportunidades que se abren con la Reforma Educacional, podrían convertirse en realidad.

Demás está hablar del aporte que significaría para el estado de Chile, recuperar este antiguo patrimonio, cedido gratuitamente a los empresarios más ricos de éste país, que si bien han logrado llevar esta Institución de Educación Técnica Profesional y Universitaria (tiene los 3 niveles de educación superior) a un posicionamiento estratégico no solo desde el punto de vista geográfico, sino también a través de una oferta curricular muy centrada en las demandas de capacidades técnicas, tan necesarias para el desarrollo de nuestra economía y las empresas en Chile.

Me imagino que muchos asesores y expertos que trabajan con el ministro de educación o la presidenta, habrán manifestado esta idea como una alternativa viable a implementar una nueva Universidad Estatal en el corto plazo, pero como no lo he escuchado ni leído, me atrevo a manifestarlo como una propuesta concreta y no ideológica, toda vez que se trata de recuperar para el país algo que desde su origen le ha pertenecido y que me imagino el empresariado estaría dispuesto a devolver hoy a su legítimo dueño este patrimonio, el estado de Chile, y no esperar un siglo para que ello ocurra.

Como dato anecdótico, me toco recibir en los 90 a uno de los ingenieros daneses que viajaron a Chile a construir en los 50 el Centro Chileno – Danés de Maipú y su comentario fue, “..esto era para los obreros de este país y no para los que pudieran pagarlo..”

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Acerca del autor : Nelson Gallardo Ferrada es Licenciado en Historia ( USACH) e historiador. Gerente de Intertecno S.A.


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